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domingo, 30 de septiembre de 2012

Luz de Verano


No puedo creer  el hermoso amanecer que estoy presenciando, la luz da en la cara con extrema suavidad mientras mis ojos se iluminan al verla pasar.
-Es hermosa- brillando como el sol, aquella linda chica de piel bronceada y cabello castaño, en ese lindo traje de baño azul cielo, parecía un ángel con sandalias.
De alguna manera no pude dejar de mirarla, sus rasgos transportaban mi pobre corazón de adolescente, hasta el infinito. Sus mejillas sonrosadas, su cálida sonrisa, resplandeciente como el sol que llenaba mi cara.
-Quiero conocerla- pensé.
Pero una mujer tan encantadora no se fijaría en la humildad que poseo, debe ser rica, haber venido a este escondido paraíso solo a veranear, pero quiero conocerla… tengo que acercarme a ella, a como dé lugar.
Camine tras un puesto de salchichas, escondiéndome lo mejor que pude entre las sombrillas de los bañistas, con cautela, no fuese a pensar que la estaba acosando, ella soltó su cabello y se introdujo al mar, con dulzura la mire, hermosa sirena de morena piel, hacia vibrar mi corazón. Retire mis prendas, y me dispuse a seguirla en el mar, tenía que hablarle, tal vez ella pudiera verme y nuestras miradas se encontrarían con dulzura, con amor…  se enamoraría de mi.
-Tal vez solo estoy alucinando, ella nunca se fijara en mi- pensé, y mis propios pesimismos hicieron que no diera cuenta de empecé a hundirme, de pronto ya no sentí mi cuerpo.
Moriré… sin conocerla…
Y de repente allí estaba, siendo iluminada con la luz del sol mirándome a la cara, fijamente.
-¿Estás bien?- escuche una dulce voz que me llamaba.
Abriendo los ojos poco a poco la mire, era ella, su cabello húmedo y su cálida sonrisa, era ella, ante mis ojos, no podía creer que fuese tan real, tan cercano.
-¿Estoy en el cielo?- pregunte.
Ella sonrió tiernamente.
-Debe serlo, si veo ángeles caer-
Es decir, como no sincerarme, había muerto después de todo, y si esta era mi recompensa, tal vez no había tanta maldad en mí como lo había pensado. Pero si ella estaba ante mí, ella también habría muerto, no podría ser feliz si supiera eso, mi primer amor, y saber que murió, sentí mi corazón gritar dentro de mi pecho.
-Tranquilízate- dijo ella con gran calma –estuviste a punto de ahogarte, pero logre sacarte antes de que pasara, ¿me estabas siguiendo?-
Entonces era eso, aun seguía con vida, y ella era mi salvadora, ¿Cómo no amarla ahora? Pero espera, sabe que le estaba siguiendo, sin duda pensara que le acoso, sin duda pensara lo peor de mí. ¿Qué hare si decide evitarme o decirme que me aleje? ¿Qué haré entonces?
-No pude evitarlo, eres hermosa- dije casi sin pensar, e inmediatamente me cubrí los labios tratando de tragarme lo que había dicho.
Ella sonrió, su mirada era tranquila, dulce, enigmática… pero no había respuesta.
-Discúlpame, si quieres que deje de molestarte lo hare- comente rápidamente para tratar de cubrir mi error.
Trate de ponerme en pie y salir corriendo, cobardemente como otras veces, pero ella tomo mi mano  y me detuvo.
-Espera- dijo.
Me paralice, ¿Qué estará pensando?, su sonrisa no se borra, pero sigue siendo misteriosa, enigmática… encantadora.
-Nunca dije que me molestaras- dijo sonriendo –en realidad, yo también llevo mirándote desde hace tiempo.-
¿Ella me ha estado mirando? Ella… a mi… no puedo creer tan bellas palabras, ella me miraba, se interesaba en mi.
Sonrió.
Sonreí.
Ella tomo mi mano, yo estreche la suya contra la mía. Hombres y mujeres nos miraron, sus rostros llenos de dudas, algunos se burlaban, otros se quedaban mirando… pero yo… estaba feliz, estaba con ella y ella conmigo. Me besó. Y ambas caminamos por aquella hermosa playa.


-Nota al pie- Este relato se hizo con fines de experimentación en textos, así como tomando la temática para un concurso del foro de Animextremist.com.

martes, 10 de enero de 2012

Prosa

Aun ante la bondad de esa persona, inundada estoy de este deseo, puritano culminar del pensamiento etéreo, o tal vez, no se inunden las razones de mi llanto.
Más en la calma de mis tristezas veo distante a cada momento, un mar que inunda mis ojos o he mejor de afirmar que ¿un huracán inunda mis pupilas?
Pero cuando llegue la calma, un momento después de la tempestad; vagaré como fantasma por los viles caminos de la depresión, sin lágrimas en mis ojos, mas oprimiéndome cadenas en el corazón.
Aún así, aunque siga como espíritu atado, poseyendo tu nombre en este eterno deseo, sin poder conseguir descanso, aunque llegue a pasar, se que tarde o temprano olvidare la razón de mi tristeza y seguiré vagando por las calles, como antes, como siempre...
Un paso detrás del otro y una otra detrás de ti.
Mas yo olvidaré vuestro nombre, olvidare vuestro recuerdo; o quien lo sabe, tal vez no lo olvide, ya que nunca llegamos a olvidar; entonces dejare de sentiros, y me abandonaré a la oscuridad. Clamando venganza, ante aquellos que osaron arrebatarme vuestra belleza, ante quienes osaron arrebatarme vuestra dulzura, ante aquellos quienes ahora... viven en vuestro interior.

sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Qué es el amor?

Me he puesto a pensar en la eterna pregunta de la humanidad. ¿Qué es el amor y porque es tan doloroso?
En realidad no creo que sea doloroso, más bien es adictivo, es como un dulce néctar tan suave y delicioso que nos llena del placer mas puro, pero a la vez cuando se pierde o se ausenta es cuando recaemos en el dolor. 
Aunque seamos sinceros, no es que duela en si, es que nos encanta sufrir y no entendemos cuando se pierde un sentimiento, sencillamente el amor nunca nos deja, solo ocupa otro espacio en el tiempo. Creo firmemente que son etapas y que el amor es libre al ciento por ciento, después de todo no podemos retener a una persona con nosotros, pues siempre se ira de nuestro lado, tarde o temprano, pero siempre podemos hacer lo mejor para que cada momento con la persona que amamos sea único. Recordar siempre, que amar no significa pareja siempre, aunque muchas veces recurramos a ello, simplemente hay que ver a nuestro alrededor y el amor es como el viento, libre y esta en todas partes.
Entonces: Amaros los unos a los otros, que no sabemos en que momento tengamos que dejar este cuerpo terreno o a esa persona en que momento dejaremos de ver aquella dulce sonrisa o aquellos hermosos ojos. Amar siempre sera dulce y amargo, pero eso es lo hermoso de la cuestión, que se renueva día con día.



jueves, 6 de octubre de 2011

Significan te quiero (Final)


Aquí se rompió una taza
El cuerpo de Alejandra fue encontrado en la sala de música el día Lunes por la tarde-noche, en la escuela se encontraban pocas personas, habían fumigado aquella mañana, dicen que la encontraron en posición fetal abrazando un pequeño triangulo de metal entre sus brazos, su rostro se veía triste, pero se encontraba dormida, al parecer no se dieron cuenta de que estaba dentro debido a que se escondió detrás de una repisa donde había un hueco, las familia a interpuesto una denuncia contra la escuela por presunto homicidio, los líderes de la institución se han negado a dar algún testimonio, personal de la preparatoria justifica diciendo que se había informado a los alumnos que salieran y cuando se dio el rondín no notaron la presencia de la chica porque no emitía sonidos.
La familia de Alejandra está de luto, Gabriel pidió unos días y vino al funeral, golpeo a Ernesto hasta que se le cansaron los brazos, Ernesto no emitió defensa alguna, cuando Gabriel reacciono le ayudo a levantarse y le pidió disculpas, ambos terminaron su discusión llorando, Ernesto no paro de disculparse con Gabriel, varias veces le pidió que lo matará.
-Es mi culpa, todo esto es mi culpa- gemía Ernesto.
-Ya cállate, no es culpa de nadie y es culpa de todos a la vez- dijo al final Gabriel.
Meses han pasado desde ese fatídico lunes, la institución sigue funcionando, y gracias a sus abogados la demanda se cancelo, pidieron disculpas a la familia, el moño negro sigue colgado en las puertas.
Ernesto camina hacia la entrada, hacia una semana que no se había parado en la institución. No sonreía ni miraba  a nadie, caminaba con pasos leves, Mariana se acerco a él y lo tomo del brazo.
-Ernesto, no estés triste, no es tu culpa sabes. ¿Además es mejor así no crees? Vamos sonríe.- dijo y emitió una dulce sonrisa.
Ernesto la miro seriamente, aparto su brazo de ella.
-No vuelvas a dirigirme la palabra, ni tu ni tus amigas, déjenme solo- dijo secamente y continuo caminando.
-Pero Ernesto, ¿somos amigos no?- dijo mientras caminaba apresuradamente detrás de él.
-Mis amigos ya no están, aquí solo tengo conocidos, los verdaderos amigos están cuando más los necesitas, no cuando te conviene que te vean con ellos.- caminaba apresuradamente.
-Ernesto no digas eso. Además ni Gabriel ni Alejandra estaban a tu altura, es mejor ahora que no están- comento tranquilamente.
-¡Callate! Tú no sabes nada, ninguno de ustedes sabe nada, no te atrevas a mencionarlos ninguno de ustedes esta a la altura de ellos, nunca lo estuvieron.- gruño enojado y entro al salón de clase.
La sala de música fue cerrada, por algunas semanas, repararon el hueco detrás del estante y trasladaron todos los instrumentos a una sala nueva, la antigua sala de música ahora es usada como una bodega.
Los meses siguen pasando la graduación ya se acerca. Dicen que si te aproximas a la bodega de la academia, puedes escuchar el sonido de un pequeño triangulo que suena con tres toques. Si pones mucha atención y te quedas quieto sin decir nada se oye.
-Tres toques significan te quiero- susurro suavemente el viento.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Significan te quiero (Séptima Parte)


Eres demasiado buena para esconderte Ale, nunca puedo encontrarte
Alejandra no regreso a su casa, la estamos buscando, estoy muy preocupado por ella, Gabriel me llamo por teléfono para ver como estábamos, ya que la familia de Alejandra no quiso responderle nada, le conté lo que paso y se puso muy nervioso, me dijo que si la estaba buscando, le conteste que la policía estaba en eso, me regaño, me recordó a mi madre, se enojo conmigo, sus palabras siguen rebotando en mi cabeza.
-¡Si no la hubieses dejado sola!-
Y tiene razón, debí estar con ella, con ellos como en los viejos tiempos, debí haberme quedado con ella, debí haberla ayudado cuando cayó en el lodo, debí haberme quedado con ella cuando bajo del autobús…
Corriendo salí a buscarla, las calles estaban llenas de personas, la casa de Alejandra tenia policías y ambulancias. Yo voy a encontrarla, cueste lo que cueste.
Recorriendo las calles del pueblo busque donde se me ocurrió, pero no logre encontrarla,  han pasado tres horas desde que comencé a buscar, me estoy cansando, el último lugar donde la vieron fue la prepa, ire a ver si la encuentro allí.
Recorriendo los pasillos de la institución, había policías por algunos lados haciendo preguntas a los que estaban cerca.
-¡Oye Chico!- pregunto uno de ellos.
-¿Que ocurre señor?- Conteste.
-¿Has visto a esta chica?- me enseño una foto de Alejandra.
Justo iba a contestar cuando el radio del policía sonó.
-La encontramos, repórtate a la sala de música-
-Correcto, voy para allá, cambio- contestó.
Salió corriendo, y yo detrás de él, tenía que verla, decirle lo que siempre había sentido por ella, abrazarla, llevarla a casa, tal vez podríamos volver a comenzar, ser amigos de nuevo. O tal vez…
El policía entro en la sala de música, salió rápidamente de ella y me detuvo en el pasillo.
-No puedes pasar- dijo con una voz seria.
-Pero señor, ella es mi amiga, ¿Cómo esta? ¿Está bien? Dígame por favor.- replique.
-Vete a casa chico.- dijo con lúgubre voz.
-¡Alejandra!- grite, pero no hubo respuesta – ¡Alejandra!- volví a hacerlo.
Paramédicos entraban y salían, al final uno de ellos miro al policía y dijo.
-No se pudo hacer nada, intentamos reanimarla pero no reacciono, hay que informar a la familia-entro en la sala de música de nuevo.
Me quede helado, no sabía que decir, el policía me hablaba, pero yo no podía escucharlo, solo lo veía mover sus labios, abrí los ojos grandes, toque mi mejilla; estaba húmeda
-No es cierto, ese señor está mintiendo. ¡Alejandra! ¡Ale! ¡Ale!, ¡sal de tu escondite!, ya no juego Ale, ya no… eres demasiado buena para esto, admito que me ganaste de nuevo, así que sal de una vez – sollozaba entre lágrimas.
-¡Chico cálmate!- creí escuchar.
-¡Ale! Ven, ya no quiero jugar al escondite, por favor, vamos a casa, hay que platicar, Gabriel está preocupado y tu familia también- seguí murmurando.
-Siempre lloras porque te gano Neto- escuche un leve susurro.
-Ale… ¿donde estas?-

martes, 4 de octubre de 2011

Significan te Quiero (Sexta Parte)


Si no me encuentras, entonces abre ganado
Ha pasado una semana desde que Gabriel se marchó, aun sigo escuchando las burlas de los demás, pero no tengo ganas de contestar, no tengo deseos de hablar con nadie, mi madre constantemente me pregunta que me pasa, yo no quiero hablar con ella tampoco, siento que si sigo quejándome solo voy a volver a lastimar a alguien como lo hice con Gabriel. Ya no tengo derecho a replicar, ya no tengo derecho a lastimar a alguien que amo.
Otra semana más, mi madre me ha llevado con un especialista, un psicólogo podría decirse, el señor me hace preguntas, pero no le contesto nada, me enseña unos dibujos y yo solo toco el pequeño triangulo de alguna manera le hago saber que lo escucho, pero no quiero hablar con él. Le dijo a mi madre que sufro un estado de depresión y le cuestiono sobre lo que había pasado, le dijo que necesitaba terapia y que preferiblemente me llevara con cierta regularidad. Ya no quiero ir a verlo.
Esta semana eh tomado el triangulo y he salido a la calle, mirando por todos lados eh visto a las personas burlándose de los demás, que si aquel esta enano, que si aquel es negro, que si aquel está demasiado alto, que aquel es un monstro, que aquella es una ballena, que aquella es una zorra, constantemente veo estas cosas y me pregunto ¿Qué hace a una persona perfecta? ¿Por qué no se dan cuenta que todo esto lastima? Quiero gritar, pero las palabras no salen de mi boca.
Hoy he dormido horas y horas, como es domingo no tengo que salir de mi cuarto si no quiero, la verdad es que no tengo ganas de hacerlo, tengo el pequeño triangulo entre las manos lo abrazo, parece que es el único recuerdo que me queda de mis amigos, no quiero volver a salir con nadie más, ya no tengo deseos de hacerlo, a veces me dan ganas de no despertar nunca.
Este lunes no quiero salir de la cama, mi madre insiste en que vaya a la prepa,  entra a mi cuarto y me ayuda a levantarme, supongo que debiera hacerlo, me mira con tristeza, verla me provoca un sentimiento de remordimiento, así que hago lo que me indica con rapidez, tomo mis cosas y salgo, camino por las calles y tomo el autobús, Mariana me mira con una expresión de desprecio, bajo la mirada para no tener que confrontarla, ella alardea con el resto de sus amigas, me siento al final del autobús.
La sala de música está sola, de alguna forma me siento cómoda aquí, no quiero entrar a clases hoy, solo quiero dormir… este lugar es tranquilo… dormiré… 

lunes, 3 de octubre de 2011

Significan Te quiero (Quinta Parte)


No vayas a espiar, tienes que contar hasta diez y luego buscarnos
Gabriel se marchará pronto, realmente me hará mucha falta supongo que tengo que aprender a estar sola, aunque la prepa se me hace muy grande cuando no él no está. Como hoy que no vino, me dijo que tenía que verificar una papelería y que iría a mi casa en la tarde, así que hoy estoy comiendo sola en esta banca donde nos sentamos siempre, de algún modo me siento más cómoda aquí, seguí con mi almuerzo, cuando escuche un sonido que me pareció familiar.
-Esos ruiditos, tiene que ser- sonreí un poco y camine siguiendo aquel sonido. Sin pensarlo mucho, llegue a un salón en la segunda planta de la escuela,  un poco antes de llegar a la puerta el sonido se detuvo de pronto, me detuve un momento no quería entrar apresuradamente, tal vez era solo mi imaginación, espere unos momentos y fue cuando lo escuche, tres toques.
Sentí que mi corazón se estremecía, eran aquellos viejos recuerdos que regresaban a mi mente, tres toques, tres toques: -tres toques significan te quiero Ale- pensé recordando las palabras de Ernesto cuando éramos pequeños.
Rápidamente entre al salón, pero no vi a nadie, pensé que Ernesto estaría allí pero no era así, me entristecí un poco, puede que todo sea solo producto de mi imaginación, sobre todo ahora que Gabriel se va, solo son alucinaciones mías, estaba por dar la vuelta y regresar por donde vine, cuando vi el pequeño triangulo en uno de los asientos estaba completo, lo tome entre mis manos y sin pensarlo lo toque, tres veces, me sentí muy feliz de tenerlo, después de todo era un valioso recuerdo y de algún modo sentía que estaba allí para mi, así que lo tome y salí.
Regrese a aquella banca y me senté, tome el pequeño triangulo entre mis manos y comencé a llorar, mi corazón se estaba partiendo en pedazos, eran mis recuerdos; nuestros recuerdos, tal vez algún dia pudiésemos volver al pasado, pero no se puede regresar aunque de alguna manera, esta es la forma en que Ernesto me dice que sigue conmigo, que seguimos siendo amigos, o al menos quiero creer eso.
Terminaron las clases, estaba dispuesta a regresar a casa, llevaba el pequeño triangulo conmigo colgado de un lateral de mi mochila, cuando ellas me encararon.
-Ya casi nos deshacemos de uno, pero aun así quedará otro estorbo aquí- dijo una chica con tono déspota.
No la miré e intente seguir caminando.
-No me ignores ballena, o ¿es que tu grasa te tapa los oídos y  te hace estar sorda?- dijo otra de ellas.
-Déjenme en paz, no tengo intenciones de hablar con ustedes- conteste indiferente.
-Sabemos que tu novio el vampiro ese se va a mudar, así que solo queda deshacernos de ti, bueno faltarían algunos raros más, pero ustedes son los que osan estar aquí donde todos podamos verlos, y asquearnos, así que si no quieres que hagamos de tu vida un infierno es mejor que te unas al resto y te vayas a la zona oscura de los raros gorda asquerosa- replico una voz irritada.
-No es de su incumbencia y ustedes no me mandan- conteste sencillamente.
-¿Qué es esto?- dijo una y se acerco a mi tratando de quitarme el triangulo.
-¡No lo toques!- me moví para evitar que me lo quitara, pero las otras se abalanzaron sobre mi y empezaron a jalonearme hasta que lograron zafarlo.
-Es solo una basura- dijo una de ellas.
-Montoneras, son unas cobardes, de una por una- dije muy molesta.
-Callate ballena- gruño Mariana y me golpeo con su bolsa en la cabeza.
-¿Qué te pasa?- replique
-¿Qué te pasa a ti asquerosa? Salir a la calle en público, debieran venderte a un circo como elefante- contesto.
- y a ti llevarte a terapia por anoréxica- conteste enojada, trate de zafarme de esas chicas, pero de nuevo se abalanzaron sobre mí, así que solo me quedo intentar quitármelas de encima.
-Parece que esta basura es importante para ti- dijo Mariana tomando el triangulo
-¡Suéltalo! Es mío- implore
-Ruégame, y tal vez lo piense- contesto Mariana.
-Dámelo, por favor- dije casi llorando
-si tanto lo quieres, ve por el- dijo y lo lanzo tan lejos como pudo, cayó en un charco de lodo, así que corrí lo más rápido que pude y trate de sacarlo.
-¡MIREN COMO LA CERDA REGRESA AL CHIQUERO!- grito Mariana
Solo alcance a escuchar las risas, todos se burlaban, uno de ellos arrojo un pedazo de maíz y sentí un empujón con lo que caí al lodo y me manche totalmente, las risas continuaron, las burlas. En ese momento, solo pensaba en morirme o que me tragara la tierra, comencé a llorar y salí corriendo hacia la salida, resbalándome un poco por el lodo de mis zapatos, tome el bus, y las risas continuaron todo el camino, sentía las burlas y las risas sobre mí, llegue a casa.
-¿pero Alejandra que te paso?- pregunto mi madre preocupada
-No quiero hablar de eso- dije llorando y corrí a encerrarme a la habitación.
Las horas pasaron, cuando escuche que tocaron la puerta.
-¿Quién es?- pregunte aun deprimida.
-¡Ale! Ábreme, soy Gabriel.- contesto
-No quiero hablar, no estoy de ánimo, lo siento.- conteste sollozando.
-Abre la puerta Alejandra- grito mi madre.
-¡No quiero!- replique
Escuche como se alejaban, fue cuando pensé y abrí la puerta despacio, eche un vistazo. No había nadie en el pasillo, o eso pensaba, cuando Gabriel salió del otro lado y me abrazo de nuevo, yo rompí llorando.
-Alejandra ¿Qué te pasa?- pregunto preocupado.
Le conté todo lo sucedido desde lo del triangulo hasta lo del lodo, con lujo de detalles. El me miro dulcemente y volvió a abrazarme, toco mi cabeza con su mano suavemente.
-No llores Ale, no vale la pena llorar por eso- dijo consolándome
-Pero Gabriel, es que me sentí horrible, y ahora tú te irás también, yo… no se qué hacer-  seguí llorando.
-No llores Ale, por favor.- me miro a los ojos, yo lo mire también, sonrió dulcemente y acercándose a mi roso suavemente mis labios con los suyos. Me sorprendí muchísimo, no sabía qué hacer o que decir.  Cuando dejo de besarme me miro nuevamente y dijo:
-Prometí que no tomaría ventaja, pero ya me voy así que no tengo nada de qué arrepentirme-
-Ga…Gabriel… ¿Por qué hiciste eso?- tartamudee aun sorprendida.
-Es sencillo Ale, no quería quedarme con el sentimiento, siempre me has gustado, pero sé que tu quieres a alguien más y no te culpo, aun así prometí seguir a tu lado siempre y ahora que me voy tenía que cumplir conmigo mismo o me hubiese arrepentido el resto de mis días, ahora que te lo he dicho, puedo partir con más tranquilidad- dijo amablemente y cruzo la puerta –Nos vemos Ale, cuídate mucho, te quiero- dijo y se marcho.
Me quede muda unos momentos, no sabía que decir, habíamos sido amigos tanto tiempo y jamás me di cuenta de lo que él sentía, lo lastime, la única persona que ha estado siempre conmigo y yo le lastime, no quiero, volver a lastimar a nadie.
Gabriel se marcho ayer, yo he acallado mi voz desde entonces, o quizás sea esta la que no quiere salir de mi pecho, cuando intento hablar con alguien siempre termino callando, llevo el pequeño triangulo a todos lados, cuando vi partir a Gabriel el me miro a los ojos de nuevo y sonrió, no con su clásica sonrisa, si no una triste casi pude notar que lloraba, sentí un gran nudo en la garganta y también llore, en silencio lo hice, Ernesto no se vio por ninguna parte, supongo ni siquiera supo que Gabriel se fue, sigo pensando que esto es injusto, ahora solo siento que mi alma se está partiendo, ya no quiero nada, no quiero volver a hablar con personas que no saben lo que se siente, los chicos y chicas de la prepa siguen riendo, siguen burlándose y yo los escucho, pero ya no contesto nada, ya no tengo ganas de hacerlo.